Con este título aparecía el otro
día un artículo en el periódico y el mismo me hizo reflexionar sobre lo
que está pasando y sobre lo que nos está pasando.
El concepto de clase social está
pasando por encima de la conciencia de clase y nuestro mundo se está
convirtiendo algo abominable y aborrecible. Un mundo donde la diferencia de
cases se distancia más y más, donde el rico es cada vez más rico y el pobre
cada vez más pobre.
Se ha concebido la nueva clase
social del “precariado” : trabajadores sin asideros psicosociales, inseguros,
con empleos fugaces, nunca fijos, sometidos a jornadas ilimitadas, ingresos
paupérrimos y a aceptar lo que se te ofrezca porque lo poco es más que nada.
Podemos hablar incluso del
precariado contento, pues aunque sus condiciones laborales sean leoninas, según
algunos deberían darse con un canto en los dientes pues hay muchos otros que no
tienen ni eso.
¿Cómo es posible que la desidia o
la resignación nos esté dominando?
¿No deberíamos dar un paso al frente?, ¿acaso renunciamos de golpe a aquella sociedad del bienestar por la que tanto se luchó y por la que tanto sufrieron nuestros familiares no tan lejanos?
¿No deberíamos dar un paso al frente?, ¿acaso renunciamos de golpe a aquella sociedad del bienestar por la que tanto se luchó y por la que tanto sufrieron nuestros familiares no tan lejanos?
¿Vamos a consentir que nos llamen
pringaos a la puta cara y vamos a resignarnos aceptando todo y tragándonoslo
todo?
La conciencia de clase que nos
unía en la lucha contra las injusticias ¿Dónde está?
Se nos avecina un futuro muy malo y seremos culpables en buena parte de ello por no hacer nada. Han logrado individualizarnos de tal modo que nos han inmunizado contra las injusticias, tanto las ajenas como las propias.
Se nos avecina un futuro muy malo y seremos culpables en buena parte de ello por no hacer nada. Han logrado individualizarnos de tal modo que nos han inmunizado contra las injusticias, tanto las ajenas como las propias.
Bertolt Brecht decía:
Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me
importó.
Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde.
Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde.
Reflexionemos y despertemos del
letargo en el que estamos metidos.
"Hay hombres que luchan un día y son
buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos
años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los
imprescindibles."