Declaración de intenciones

Antes de nada daros la bienvenida a este modesto Blog.
Bueno compañeros, como veis, aquello que se inicio como una conversación de chigre entre dos amigos, continuó con diversos contactos y reuniones de gente con voluntad y comprometidos con nuestra memoria y raíces, ha transformado aquel proyecto de recuperar lazos en una realidad.
Nuestro sueño es, con todo el respeto y la humildad, seguir siendo la voz unida de todos los mineros del Pozo Tres Amigos, nuestro pozo, de aquellos que no renuncian a su pasado, pero tampoco al porvenir.
Y es que las cuencas mineras padecen la peor de las enfermedades que nuestro trabajo podría producir, la enfermedad degenerativa del olvido y el abandono. Algunos habitantes de las cuencas recordamos con nostalgia, los tiempos en los que el carbón era el modo de vida de casi todo el mundo, y los mineros “éramos una raza única e irrepetible”. Por eso es por lo que queremos mantener la memoria, las vivencias, nuestros recuerdos….. una parte muy importante de nosotros mismos, de nuestra vida.
Así que ya sabéis, disfrutad del Blog y animaros a contactar y trabajar con nosotros para mejorar, para animarnos, para criticarnos, para enviarnos fotos o documentos, etc, todo ello a través del siguiente correo electrónico
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jueves, 3 de octubre de 2013

Pringaos del mundo entero, ¡uníos, joder!

Con este título aparecía el otro día un artículo en el periódico y el mismo me hizo reflexionar sobre lo que está pasando y sobre lo que nos está pasando.
El concepto de clase social está pasando por encima de la conciencia de clase y nuestro mundo se está convirtiendo algo abominable y aborrecible. Un mundo donde la diferencia de cases se distancia más y más, donde el rico es cada vez más rico y el pobre cada vez más pobre.
Se ha concebido la nueva clase social del “precariado” : trabajadores sin asideros psicosociales, inseguros, con empleos fugaces, nunca fijos, sometidos a jornadas ilimitadas, ingresos paupérrimos y a aceptar lo que se te ofrezca porque lo poco es más que nada.
Podemos hablar incluso del precariado contento, pues aunque sus condiciones laborales sean leoninas, según algunos deberían darse con un canto en los dientes pues hay muchos otros que no tienen ni eso.
¿Cómo es posible que la desidia o la resignación nos esté dominando?
¿No deberíamos dar un paso al frente?, ¿acaso renunciamos de golpe a aquella sociedad del bienestar por la que tanto se luchó y por la que tanto sufrieron nuestros familiares no tan lejanos?
¿Vamos a consentir que nos llamen pringaos a la puta cara y vamos a resignarnos aceptando todo y tragándonoslo todo?
La conciencia de clase que nos unía en la lucha contra las injusticias ¿Dónde está?
Se nos avecina un futuro muy malo y seremos culpables en buena parte de ello por no hacer nada. Han logrado individualizarnos de tal modo que nos han inmunizado contra las injusticias, tanto las ajenas como las propias.
Bertolt Brecht decía:
Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde.
Reflexionemos y despertemos del letargo en el que estamos metidos.
"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles."

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