Queremos de nuevo, dar las gracias a Ana por estos artículos que nos encogen el corazón, y nos arrancan mas de una lagrima.
Lágrimas negras, el bolero más bonito del mundo suena en el interior de la mina abandonada como un corazón roto que se resiste a dejar de amar
Adiós a la Vasco. Adiós a una era, al tiempo del carbón. El oro negro es pasado. Recuerdos de una chapa y de un alto horno. Es humo que empaña la mirada al futuro. Y un tren de vía estrecha que se oxida olvidado a las puertas de la ciudad romana, capital del viejo reino. León no llora lágrimas negras aunque en las montañas agujereadas corre la sangre negra entre las galerías ciegas. Y se seca la sangre roja de los mineros muertos en las tumbas anónimas de los pueblos.
Después de siglo y medio arrancando las entrañas de una tierra milenaria de pastores para que se movieran las máquinas en Madrid, Barcelona y Vizcaya, León se despide de la era industrial sin pena ni gloria. La crónica de una muerte anunciada comenzó hace 30 años y se ha acelerado en los últimos cinco gracias a la obediencia debida del Gobierno de Rajoy a la Unión Europea y a su ministro de Industria como paladín de las empresas gasísticas y eléctricas, paraíso de las puertas giratorias para políticos de ringo rango.
Entre tanto, se han destinado ingentes cantidades de dinero de la Unión Europea a cerrar las minas. Y se ha tejido una leyenda negra en torno a la figura del minero. Del prejubilado. Pero, ¿qué hay de los empresarios? Se van de rositas.
Mentiras
La Hullera era el último bastión. La empresa ejemplar. El filón seguro. Ahora sabemos que todo era mentira. Como es mentira que el carbón retroceda en el mundo, y mentira que el carbón nacional, el leonés, tenga menos poder calorífico que el de importación. Dicen que los mineros de aquí tienen más derechos. Los pelearon. Fueron los primeros en levantarse contra la dictadura en 1962.
Cuando se empezaron a explotar las minas en España hubo movimientos de capital inglés, vasco... Cuando Franco nacionalizó los ferrocarriles, creando la Renfe, y el carbón se convirtió en un sector estratégico, hubo otros movimientos de capital. Los Valle vinieron de Santander a León y también pasaron por Palencia, por Barruelo de Santullán. Allí recuerdan bien cuando los parientes de Arias Navarro, el que quería suceder a Franco, compraron la mina para cerrarla en los años 60.
Nadie baila
Ya todo es pasado. Un bolero que nadie baila. Para los trabajadores de la Hullera Vasco Leonesa, la liquidación de la empresa es una liberación. Estaban atrapados en una sociedad fantasma, sin rumbo ni timón. Ahora respiran. Unos porque se prejubilan. Otros porque cobrarán una indemnización y el paro. Y empezar de nuevo. ¡Quién sabe dónde!
La Junta habla de reindustrializar. Ahora que todas las cuencas son un solar (y el agua se apodera de las calles de Tremor). Pero niega la oportunidad logística de Torneros a la provincia que se desangra en silencio. Herrera culpa al Gobierno de España. Como si fuera de otro país y de otro partido. Apunta al Gobierno en funciones del PP que se hunde en el agujero negro de la corrupción sin que Rajoy se dé por aludido. Ni gobierna ni deja gobernar.
Llora el invierno
Llora el invierno blando en un país que encarcela a dos titiriteros con graves cargos de enaltecimiento del terrorismo por una obra de ficción, pide ocho de años de prisión a unos obreros que hicieron huelga y blinda a Rita Barberá con la impunidad parlamentaria de senadora autonómica. Un país donde hacer apología de la violencia machista sale gratis, aunque a Sadat Maraña le hayan destituido, al fin, por vergüenza.
Lágrimas negras. El bolero más bonito del mundo suena en el interior de la mina abandonada como un corazón roto que se resiste dejar de amar.
ANA GAITERO
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