jueves, 30 de mayo de 2013

Jornadas en la Casa de la Cultura

Hoy no puedo dejar de poner en este blog minero y reivindicativo, el tríptico de las V Jornadas sobre Historia y Patrimonio, organizadas magníficamente por nuestros compañeros y amigos de la Asociación Santa Barbara, por un solo motivo: tenemos la batalla perdida, tenemos perdida la batalla al olvido. No se muy bien contra que o contra quien, si contra las nuevas tecnologías, contra las vinotecas progres, contra el bombardeo mediático o quizás, contra nosotros mismos. Y me explico. 
Hace unos días escribía, en una entrada anterior “En estos duros tiempos que vivimos, es necesario que no olvidemos nuestro origen, y es imprescindible que, si lo olvidamos, alguien nos lo recuerde” Pues bien amigos, ni aunque nos lo recuerden. Llegar al salón de la Casa de la Cultura, y encontrarte con veinte personas en una charla-coloquio sobre “el legado de las luchas mineras” dentro del movimiento obrero en las Cuencas, es para echarse a llorar, es para pensar que tengo que, en cuanto llegue a casa, hacer la maleta coger a mis hijas e irme de aquí porque no tenemos futuro. Si no podemos, o no queremos, o no dejamos, que nos recuerden nuestros orígenes, compañeros, esto está en su punto final. Como dijo en su día Marcelino Menéndez Pelayo, "Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentará más y más la lobreguez de su noche."
Lo siento pero me niego a pensar que lo que algunos hacemos, intentando conservar la memoria, intentando sentirnos parte de un colectivo que exportó carbón pero también conciencia de clase, espíritu reivindicativo, apego a su tierra, es nadar contra corriente; me niego a reconocer que el futuro de mis hijas esta lejos de aquí, me niego a que seamos nosotros, los habitantes de estas Cuencas los que nos auto condenamos, con nuestra apatía y nuestra desidia, al olvido y a la desesperanza, a languidecer hasta morir.
Y es que, y volviendo a la charla ¿Dónde estaban los sindicatos de la minería o sus representantes cuando iban a ser citados reiteradamente en la conferencia como parte fundamental del movimiento obrero? ¿Dónde estaban los propios miembros de la junta directiva de la Asociación? Quizás como dice un  buen amigo, que como el que esto escribe, estaba presente en la sala “es que todos esos son prejubilados y piensan que ya esta todo hecho”.
Que cada cual saque sus propias conclusiones.

1 comentario:

  1. Si puede valir de apoyo a tus reflexiones a mi me han surgido las siguientes.

    El pasado puede y debe ser futuro
    La apatía, la desgana…….., son las disculpas medio legales que nos damos a nosotros mismos o entre nosotros para así tapar la realidad, la cruda realidad y ésta es ni más ni menos que está triunfando el individualismo, el egoísmo y sobretodo la falta de conciencia de clase.
    El futuro no es nada halagüeño, pero si nos olvidamos del pasado jodidos estaremos.
    Ya vale de expresiones como "…yo ya luché lo mío…", "…aquello de antes si que eran luchas...” "….la culpa ye de .....".
    ¿Como ye posible que después de mamar durante tantos años de la teta de la conciencia de clase que recibimos tanto en nuestros hogares como en los centros de trabajo, ahora seamos capaces de volvernos tan apáticos o como dicen los chavales tan pasotas?.
    ¿Qué herencia les dejaremos a nuestros hijos? ¿Una sociedad de parados, con escasas posibilidades de futuro y donde el espejo en el que mirarse sea el de la resignación?
    ¿Eso es lo que queremos? Pensemos que el espejo donde se miran nuestros hijos somos nosotros mismos y serán un fiel reflejo de lo que vean.
    ¿Acaso les estamos transmitiendo ese espíritu de lucha o de conciencia de clase que toda la vida nos llenó de orgullo o por el contrario les estamos transmitiendo apatía, egoísmo y resignación?.
    Sobre nuestras conciencias debe de recaer el sentimiento de culpabilidad por lo que está pasando y no nos engañemos echándole las culpas al gobierno.
    No hacen falta grandes hechos o hazañas, simplemente participando en todos aquellos eventos que se nos brinden, llamémosles jornadas, manifestaciones, coloquios……… o simplemente no dejando morir aquello de lo que somos verdaderos expertos y que si antaño funcionó no tiene porque dejar de hacerlo ahora y que es ni mas ni menos que el sentimiento de clase, ese sentimiento solidario y de lucha contra la injusticia de la que toda la vida nuestra clase obrera y minera se sintió tan orgullosa y por la siempre hemos sido conocidos en este país.
    Animo a todos y lo dicho participemos ( aunque solo sea un poquitín más).

    ResponderEliminar