jueves, 2 de febrero de 2012

Transfusiones de solidaridad


En estos tiempos inciertos, en que la individualidad cuenta mas que el grupo, los protagonistas de las revistas del corazón mas que los científicos o los intelectuales, el capital y los grupos inversores rigen los destinos de los países cambiando incluso sus gobiernos, se rebaja el salario y se aumentan las horas de  trabajo a miles de trabajadores, en que mas de 5 millones de parados no hacen oír su voz; el recibir un comentario como este hace que a algunos el virus de la defensa de los derechos nos reconcoma de nuevo. Espero que no seamos los únicos.
Por eso, entre otras muchas razones, no podíamos dejar de publicarlo. Gracias amigo.


Hastiado de perseguir explicaciones en los medios de comunicación sobre lo que nos está ocurriendo a todos estos últimos años, busco un poco de distracción en el blog. Entre sonrisas y añoranzas me asalta machacona una idea; a ver qué os parece, compañeros:  
Resultaría impensable que, en otros tiempos, los ciudadanos aguantaran, cabizbajos y resignados, la inacabable serie de tropelías que la banda de facinerosos que detentan el poder y sus recursos hoy en día, están inflingiendo al pueblo. Por mucho menos estaríamos todos, codo con codo, en nuestro sitio. O casi todos, que siempre hubo tontos y desclasados.
Pues bien, esto va a ser cosa de la sangre, de otra forma no se entiende. Así pues, propongo que ahora que todavía sobreviven algunos, les pidamos que donen un poco de su fluido vital a esos mineros duros y sencillos que no encontraron inconvenientes para encerrarse en los pozos, para parar en sus tajos, para asumir privaciones no sólo para ellos sino para los suyos. Que presten algo de su sangre, por fuerza espesa y preñada de dignidad, a fin de crear un fondo de reserva que pueda surtir de pequeñas transfusiones para ver si logramos regenerar la especie antes de que sea demasiado tarde y ya nadie distinga entre un ciudadano libre y un consumidor.
A Catilina le preguntaban que hasta cuando iba a abusar de la paciencia de sus súbditos.
¿Es que vamos a permitir que pisoteen impunemente el futuro de nuestros hijos?
Sólo han pasado 50 años desde 1962.
Memoria y dignidad.

Mariano Bermejo



Aunque sea ficción, ¿que tiempos aquellos de lucha por
nuestros derechos, a que si? Rodaje en el Pozo de la
película "Pidele cuentas al Rey"